sábado, 14 de noviembre de 2009

Conciencia inconsciente


Es vergonzoso ver como la sociedad de nuestro país mantiene un alto grado de ignorancia. Hoy en día los animales están sometidos por sus amos; a estar dentro de un oscuro cajón, en una jaula, en las calles trasteando basura, o simplemente recorriéndolas.

Hace más de 20 años existe el Estatuto Nacional de Protección Animal1, que al parecer sirve para hacer vuelto y cumplir un requisito mundial, que es el compromiso de la nación, para la protección y preservación del medio ambiente. Obviamente la sociedad como el Estado, ni denuncia ni sentencia, muchos atropellos que se están cometiendo, porque en algunos casos salir a la defensa de los animales, es sinónimo de rebeldía y desobediencia, al menos eso es lo que muestran los noticieros, cada vez que hay una marcha o protesta en la Plaza de Toros “La Santamaría” y en el “Circo Hmnos Gazcas” .

En este Estatuto esta dicho claramente que los animales tendrán en todo el Territorio Nacional especial protección contra el sufrimiento y dolor, causados directa o indirectamente por el hombre.2, entonces no entiendo el porqué un animal debe estar aislado de su hábitat, sufriendo y teniendo que ser lastimado por un grupo de personas que dicen ser sus amos, no se supone que hay una ley que dice: “Los actos dañinos de crueldad descritos en el Articulo 6 de la presente Ley serán sancionados con pena de

arresto de un (1) a tres (3) meses y multas de cinco mil ($ 5.000) a cincuenta mil ($ 50.000) pesos”.

Un ejemplo cotidiano son “las zorras” vemos que son utilizadas como medios de carga, materiales de construcción, basura y repuestos. El gobierno coloco unas condiciones mínimas que deben cumplir los propietarios de estas, deben tener sus placas para identificarse, una cruceta, un gato y un botiquín, pero el gobierno no pensó en ese animal que es el que lleva el peso y por bienestar del animal crear unas condiciones para la salud y la integridad de todos los equinos utilizados en este medio de trabajo (rebusque).

Parece que la calle es el medio de degradación animal. Hace algunos años en las calles encontrábamos demasiados

perros rompiendo las bolsas de basura y agrediendo a los transeúntes; cabe resaltar que muchos de estos perros no estaban vacunados, con esto lo único que conseguían era que la gente llamara a la perrera y se los llevaran; ¿para qué? Después de tres días si no era recogido el animal, encontraba la muerte con una descarga eléctrica. El Distrito debería crear hogares de paso en los cuales hallan voluntarios preocupados por el bienestar de estos animales, los recojan, los cuiden y los protejan, para que otras familias los puedan adoptar.

La solución no es echar un perro a la calle, sino educarlo. No conviertas en problema una grata compañía, ayuda a crear conciencia y así poder acabar con el problema de los perros callejeros.

Hoy en día la tauromaquia juega un papel fundamental en el diario vivir del colombiano promedio, a donde quiera que se vea se va a encontrar con que la “fiesta brava” es la afición de unos, la crítica de otros y el plan diario de muchos.

Cuando la oposición a este acto de barbarie se hace notar de manera solida, en marchas y discursos en las afueras de las plazas, es cuando verdaderamente las personas entrarían en esa conciencia efímera, de un mundo sin atropellos con el planeta y vieran a la naturaleza como madre creadora y no como árbol económico de los intereses de unos pocos que se están lucrando a costa del sacrificio inocente de un animal.

Solo resta decir que el futuro de Colombia está en el mismo pueblo y mientras no se tome verdadera conciencia acerca de lo que tenemos y lo que dejamos de tener, no podríamos asegurar un país independiente, de prejuicios, de intolerancia y de mentiras, no podríamos asegurar un futuro digno para los niños de Colombia.

Mónica Jiménez Arroyave.